Undécima de feria. Segunda novillada del ciclo. Muy buena entrada con un tiempo mas acorde con la estación del año en que estamos. Se guardo un minuto de silencio por la muerte de Joselito "El Gallo".
Novillos de El Montecillo, que fueron una corrida de toros. Encastados, mansos, muy bien presentados, pusieron en dificultades a la terna.
Filiberto, Juan de Castilla, y David Adame, se la jugaron de verdad. El segundo del cartel, tuvo que despachar cuatro, por la lesión de Filiberto, y la cogida de Adame.
Solo con ver el juego de las resesen el caballo, ya se veia lo que iba a pasar en los siguientes tercios. Se dolieron en banderillas, persiguieron a los que se las pusieron, que bien Miguel Martín y Zayas, y llegaron a la muleta, diciendo aqui estoy yo. Buscaron terrenos donde defenderse, el sexto fue el mas contumaz en refugiarse en las tablas. Se dieron unas vueltas por todos los tendidos de la plaza y hasta hubo uno que miraba la vara del piquero, como si ya supiera lo que era eso. Una novillada seria, para unos novilleros que se la jugaron sin cuento, y que si hubiese justicia en este planeta, el de los toros, deberían ser mejor mirados por empresas y públicos. Así se viene a Madrid. ¿Que podían haber estado mejor? ¡ Claro está! Pero esa entrega, esas ganas de complacer al público, jugándose la vida, son dignas de elogio, sin regatear ninguno. Adame y Juan de Castilla, cortaron una oreja y fueron muy aplaudidos, por sus trasteos llenos de verdad y entrega. Despues de la mandanga del dia de San Isidro, lo que vimos ayer en la plaza fue un soplo de aire fresco.
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