Bien con los palos estuvieron Domingo Siro y Arruga que se desmonteraron en el tercero.
El de Linares, reaparecía hoy, anduvo como enfermero en el que abrió plaza, al que dio unas veronicas de recibo con gusto y luego, ante la flojedad del toro anduvo por allí. Mató mal. Y en el cuarto, con unas embestidas francas, anduvo muy despegado, y basando su faena en la zurda. Esta vez no le valieron al público esos adornos, esa pintureria, esa plastica ya que entendió que el toro merecia mas. Muy despegado, nunca metió al toro en la muleta y se le quito de encima de un sartenazo, siendo abroncado.
Ureña mato a sus dos toros con estocadas que hicieron guardia. Salvó la vida de milagro, al ser atrapado contra las tablas por el quinto. Muy mermado, tanto como el toro, poco pudo hacer.
Y lo de López Simón, empieza a ser preocupante. Vulgar pegapases, sin ceñirse, despegado, con enganchones, y además sin sentido del tiempo. Sus lidias se hicieron eternas y eso que a las nueve menos cinco estabamos en la calle. Fue avisado en el tercero.
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