¿No hay toros?

Veintiuno de mayo. Décima de feria. Tarde nublada, Buena temperatura con casi lleno y algo de viento. Toros de Las Ramblas, justamente presentados, descastados, flojos y nobles. Quinto y sexto, dentro de la podredumbre que tuvo todo el encierro colaboraron un poco mas en el lucimiento de los diestros.
Ferrera, cortó una oreja al quinto, ese que nunca es malo. Toda la lidia, desde que salió por chiqueros, el toro topaba, con la cara alta y andando como si fuese a piñon fijo. Ni aceleraba ni se paraba, a su aire. Y ese aire, y esa manera de topar, la aprovechó el extremeño para ponerse a su altura y acompañar las embestidas, con ligazón y temple.No iba el toro humillado ni largo, pero iba. Estuvo inteligente para sacar lo que tenia, por ambos pitones y si no llega a ser por el bajonazo, hubiese estado muy cerca de que le dieran las dos orejas.  En su primero, a la verónica, ganando terreno en los lances de recibo,  hizo todo lo que se podía hacer. Se acabo pronto. Banderilleó conjuntamente al segundo y en solitario al quinto.
Padilla, con el moribundo primero, poco pudo hacer, y en el cuarto a base de largas y revoleras animó al fácil y sufrido público. De rodillas comenzó la faena, al cuarto que se rajó de manera espectacular. Tendida y descabello. Banderilleó solo al cuarto y a pachas con sus compañeros el segundo.
Escribano con ganas en el sexto, al que recibió a porta gayola, se la jugó en el tercer par de banderillas, y en el comienzo de la faena con dos pases por la espalda. Una serie con la derecha, para luego ir a menos. Acabó su larga faena en el cinco, siendo avisado antes de entrar a matar. Un metisaca bajísimo del que salió el toro para el desolladero. Y con el manso tercero pues pocas posibilidades tuvo. Van ocho corridas de toros y no se ha visto todavía ni uno. ¿Han comprado alguna oferta?