jueves, 25 de mayo de 2017

Un rayo de luz

Veinticinco de mayo. Decimocuarta de feria. Casi lleno, sin ponerse el cartel que tanto gusta a las empresas. Calor, en condiciones, y sol.
Toros de Alcurrucen, correctamente presentados y de variado  juego. Mansos en el caballo y esperando en banderillas. Fueron a mas en la muleta, dejando claro su encaste Núñez. El sexto derribó en la primera vara. 
A eso de las nueve, cuando empezaba a oscurecer en Madrid, surgió un resplandor, una rafaga centelleante, que iluminó el ruedo venteño, haciendo saltar cegados a los mas de veinte mil asistentes, que ocupaban sus asientos. Fue coger la muleta el confirmante, Ginés Marín, y empezar una sinfonía de buen toreo. Lo traía de Jerez o de Badajoz, quien sabe, pero era del bueno. Naturales excelsos, uno de ellos largo, en la mejor versión del buen natural de Talavante, no se me olvida. En el sitio, erguido, acertando con la distancia, cruzado, daba gusto verlo. Los adornos salían fluidos, como un complemento al toreo bueno, ese que se hace sacando la muleta por debajo y mandando en la embestida del Núñez.  La faena además tuvo la virtud de ser medida e irse a por la espada en el momento justo. Con la encornadura que tenía "Barberillo" fallan pocos de ese encaste. Se tiró a matar por derecho y cobró una gran estocada, pelin desprendida de la que salio rodao el toro. Las dos orejas, pedidas por aclamación, fueron justo premio, para quien había bordado el toreo. Intervino en quites, y ya en el tercero, dejó claro su buen concepto.
Necesitó de tres pinchazos y descabello y saludó una ovación. Por las confirmaciones, fue el único que lidió los que le hubiesen correspondido en una corrida normal, tercero y sexto. 
Alvaro Lorenzo, también confirmó, y lidió primero y quinto. El que abría plaza, salió con la cara arriba y las manos por delante. Tuvo muchas dudas en el devenir de la faena, buscando distancias y sitio. Se mostro vulgar. Saludó tras la muerte del quinto, en la que se pegó un arrimón y al que mató de una buena estocada.
El Juli, se hizo cargo del segundo y el cuarto. Cortó una oreja a "Castañuela" que salió suelto de los primeros lances y se fue al de puerta manseando. Esperó en banderillas y el de Velilla le recibió con muletazos por bajo. Tuvo temple la faena aunque le desarmase. Dos aceptables series con la izquierda y otras con rectificado de terrenos. Un circular aplaudidísimo y una estocada dieron paso al apéndice.
Pudo cortar la del cuarto, pero necesitó de pinchazo, estocada trasera baja y descabello y se enfriaron los ánimos de la solanera.
La luz estuvo al final, como en las películas. Pero hoy fue de verdad, la verdad que encierra el toreo bueno.

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