miércoles, 7 de junio de 2017

Gracias, ganadero

Siete de junio. Vigésimo octava de feria. Mas de media entrada en tarde muy calurosa.
Toros de Rehuelga, con el remiendo de San Martín lidiado en primer lugar. Que pena de que no se lidiara completa, ya que los veterinarios rechazaron en el previo tres toros. Cinqueños pasados, bien presentados, encastados y bravos. Saludó el mayoral, al término del festejo. Al quinto, se le dió la vuelta al ruedo, sin mucha petición.


Féliz tiene que estar el ganadero, por el juego de sus toros. Hace ya mucho, que Madrid no se entregaba así, de la manera que disfrutó de esos tercios de varas, de esas embestidas boyantes, encastadas, nobles. El desideratum. Y sin ánimo de revanchismo, para aquellos que critican al toro con kg. y pasado de edad, habría que decir que tambien embisten. Quizás al que le dieron la vuelta, con cien kilos menos hubiera sido la leche, pero la casta soportó bien la carga. Que manera de arrancarse a los jacos, quizas indicando como se tienta en esa casa y a lo que se da valor. Todavía desconocida para muchos aficionados, ayer dió un aldabonazo serio, para convertirse ya en una ganadería de referencia. Y es que no puede ser casualidad que salgan tres toros sensacionales, y dos muy poquito por debajo. Lo de "Perlas Negras", el tercero, fue el comienzo de la serie. Mal picado por de Pedro, fijo en banderillas, con un gran par de Contreras,  se merendó al matador. Apenas le pudo dar un par de pases por la derecha de cierto calado. Una máquina de embestir, dobló en los medios y con la boca cerrada. Gran toro, que estuvo con merecimientos de vuelta al ruedo, antes que el premiado con ella. Ese fue el quinto, que en varas puso a la plaza boca abajo. Se arrancó de largo en las tres varas, bien el presidente, por no hacer caso a la petición del cambio de tercio de Aguilar. Cabeza abajo, empujando y luego fue a mas durante toda la lidia. Se cayó en la faena de muleta , le pegó un pitonazo en el muslo al torero en la primera serie, y siguió a mas.
El sexto, menos bravo en el caballo, cabeceó e hizo sonar el estribo, luego en banderillas le puso un gran par Caricol y llegó a la muleta desenfrenado en sus embestidas. En este apartado, el mejor del gran festejo, se comía la muleta, y desbordó al matador.
Mas soso fue el cuarto, tambien aplaudido en el arrastre, el segundo en las distancias cortas se defendía, echando la cara arriba y el de San Martín tuvo el mismo defecto en sus embestidas.
Ni un pero a la labor de los matadores, Hicieron lo que pudieron, ante aquel vendaval de casta y bravura, que se les vino encima. Ya me gustaría ver a otros, pero tuvieron la mala suerte de que les tocara a ellos, un toro bravo. Dios nos libre, y por eso los otros no los torean. Es cruel, pegar una bronca a quien apenas se viste de luces. Ya saben ellos como estuvieron.





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