lunes, 5 de junio de 2017

Hay que picar. Si, pero bien.

Cinco de junio. Vigésimo quinta de feria. Dos tercios de entrada en tarde soleada con algo de viento.
Toros de Dolores Aguirre, bien presentados, feos segundo y cuarto, mansotes, presentaron dificultades.
Cortó una peluá en el tercero, Gómez del Pilar, protestada por parte de la afición mas severa. Se fue a porta gayola, dio dos verónicas aceptables e intentó lucir al toro en el caballo. No picó bien Aguado pero no se ensañó con el. Llevó buena lidia y brindó a "El Chano". Hizo una faena, aplaudida por momentos,con altibajos, sobre ambas manos, y que alargó en demasia. Concedió el usía la oreja, a pesar de que la estocada quedó caída.  Se volvió a ir a porta gayola en el sexto, que brindó al respetable. Fue el que se declaró mas manso del encierro. Le quería quitar la cabeza al caballo, se distraía en banderillas doliéndose y echando la cara arriba y en la muleta, soltaba algun derrote, metiendose para adentro. Pinchó varias veces, fue avisado y descabelló.
Rafaelillo se topo con el primero, al que su picador, Collado, le tronchó. En banderillas cara arriba y en la muleta trasteo por bajo, enganchones y cabezazos. Estocada que asoma y el puntillero que no atinó. Y en el feo cuarto, que derribó, tampoco dijo mucho. El toro a la defensiva, el torero despegado,  y una estocada trasera.
Lamelas también puede dar las gracias al picador, Prados, por su tremenda labor con la puya. La primera en el costillar, y la segunda trasera y barrenando. El resultado fue el esperado. Caidas, sin fuerzas y sin recorrido. Le había brindado al publico, el sabría por que. Delantera perpendicular, aviso y dos descabellos.Y al quinto, que aplaudieron en el arrastre, se ignoran los motivos, le sacó un par de tandas con la derecha, y se lo llevó a los medios, donde el toro ya no fue el mismo. Metisaca, estocada y el toro se fue a doblar al cinco. Saludó desde el tercio.
Navazo, puso un gran par, por el que tuvo que saludar. 
Hoy como ayer, y al humo de las ganaderías consideradas duras, los picadores salen sobreexcitados, pegando a todo lo que se mueva sin conmiseración. Y si los matadores no los paran en ese frenesí, ya saben lo que les espera luego. Troncharlos de primeras y luego ya se vera.




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