Seguro que Gines Marin se siente robado, y cualquiera que estuviese hoy en la plaza, haciendo caso a la pañolada, que se produjo al doblar el sexto, sentiría lo mismo. La petición fue unánime y mayoritaria, sin duda ninguna. Y a partir de aqui se abre la elucubracion. ¿Porqué no la dió? ¿Por miedo? Si, miedo a que le dijeran aquello de ¡Fuera del palco! ¿ Pensó en que era la segunda, y que llevaba el salvoconducto para abrir la Puerta Grande? No era esa la cuestión, de lo que se trataba hoy era, hacer caso a la mayoritaria petición, a aquella demanda que está en las manos del público. Lo del día de Perera, a cargo del Sr. Parro fue un exceso, que solo estaba en sus manos, era la segunda oreja, potestad suya. Pero hoy Sr. Magan, usted se fue a la otra punta y se apuntó la potestad que no estaba en sus manos, al negar un trofeo que no puede negar. Reglamentariamente, usted en la tarde de hoy, metió la pata hasta el corvejón, siendo suave y liviano. ¿Quiso contentar a los que no pedían la oreja, tomando partido por ellos?
Pues yo no la pedí, valorando lo que había sido la desigual faena, con pasajes de verdadero toreo, y otros no tanto. El pinchazo, debió haber apaciguado los ánimos del público mas orejero. Al no ser así, ya no había vuelta atrás. El soberano público tenía razón. Y me fui de la plaza, con ánimo de justiciero. No veía normal aquella decisión, aún coincidiendo con mi pensamiento de no ser una faena merecedora de oreja.
Gines, tuvo el mejor lote, Castella lo tuvo infame y el de Lorenzo para pasar de puntillas.
Pertenecían a GarciGrande, Domingo Hernández y Buenavista, muuy justos de presencia, alguno protestado. Destacó el tercero, al que si cortó la oreja, sin ninguna duda ni jaleo.
La que se puede liar por una mala decisión. ¿Cual será el criterio, de quien mañana se suba al palco?
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