miércoles, 15 de mayo de 2024

El sartenazo

 San Isidro. Casi lleno en tarde nublada. Quinta de feria

Toros de El Parralejo de escaso juego, muy pesados y descastados. Confirmó el cacereño Alejandro Fermín de manos de su casi paisano Perera y con Ureña como testigo. Tarde de silencios y lo que es peor de aburrimiento. Se hizo muy largo el festejo, se pusieron pesados los matadores con unos trasteos largos ante una afición santa, que se daba cuenta de que aquellas reses no valían un duro. Pocas protestas hubo para lo que el conjunto de la tarde merecía y menos aun para la suerte suprema. Matadores de toros, anuncian los carteles, y claro que los mataron, pero solo ellos saben como. La tarde del bajonazo aumentado, sartenazo decían los antiguos, golletazo, como se quiera llamar a la infame suerte que realizaron los tres pinchauvas que hoy hicieron el paseíllo en Madrid. No piense nadie en aquello de media lagartijera, o en el rincón de Ordoñez, que quedaría muy fino y elegante. Y además aburrieron. 
 

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