jueves, 5 de junio de 2025

Hoy tocó moderno.

 Si. Como vengo contando con estas cuatro letras a lo largo de esta feria y de unas cuantas mas, las dos fiestas que se desarrollan en los cosos de esta piel de toro, son cada vez mas equidistantes. Y llevan las de perder los que están dentro de la otra fiesta. Como hoy tocó el toreo moderno, ese que obvia la suerte de varas,  los quites y que solo valora el tercio de muleta, el público sin graduación, uniformado, pudo ser feliz. En la otra fiesta, se aplaude casi lo justo, se valora el tercio de varas, se tiene en cuenta el juego del toro, su embestida, su trapío, su edad, en fin, se le exige y se le valora. En el moderno, nada de esto importa. Como pasó hoy, con unos toros que pasaron por los montados sin pasar, que fueron nobles y tontos y a los que dieron muletazos a destajo, como Castella en el cuarto. Cuando parecía que iba a por el estoque de verdad, volvió a la cara del toro ante la decepción de parte de la plaza que ya creía que iba a rematar. Le dieron el aviso antes de entrar a matar, como tantas otras veces. ( 60 corridas/70 avisos). Dio la vuelta al ruedo. La oreja la cortó Borja Jiménez, que estuvo bien, al que no se le puede reprochar nada salvo que faltaba toro. Y  Manzanares, como con  la del Puerto, se limito a hacer el paseíllo y matar a los dos benditos que le cayeron en el sorteo. ¿ Sería posible amalgamar el toreo de hoy, el moderno, con la otra fiesta? 

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