Lleno con los claros consabidos en los altos del cinco y del seis. Sol, con viento en muchas fases de la lidia. Los papelillos, rondaban por la misma zona. Toros de Palha, segundo y sexto devueltos, sustituidos por uno de Carmen Segovia, el 2º y por otro de Aurelio Hernando, que cerró plaza.
Impresentable, se mire por donde se mire, el encierro que mandó el ganadero. Una escalera con toros fuera de tipo y feos, para una corrida esperada por la afición. No se puede venir a Madrid con lo que pareció el sobrante que quedaba en los cercados. ¿Cómo sino se pueden traer seis toros tan desiguales? Flojos, se devolvieron dos, feos, el bastote quinto, sin cara, el primero, mansos, todos. No es normal, pegar este petardo. Anunciarse en los carteles, con este deshecho, es una vergüenza. El primer sobrero, fue otro manso de libro, de los que hemos visto unos cuantos en esta feria. Huyó de los montados, se dolió en banderillas, la cara arriba en la muleta. Y el mansísimo jabonero que salió en sexto lugar, mas de lo mismo. Musculado, con unas pezuñas, que parecía cruzado con el charoles, se volvió tres veces antes de salir, al túnel de chiqueros. Se asomó a las tablas, y se arranco al picador que hacia puerta. Luego le pegarían de lo lindo, hasta después de cambiado el tercio.
Con este material, poco que destacar, pesados estuvieron Bolívar y Cortés en sus dos primeros toros, siendo avisados. Dieron pases como si cobraran por el número que diesen. No había lugar a eso, que los toreros dicen de justificarse. Todos los toros cayeron de estocadas bajas, con mas o menos diferencias. Mora, trató de hacer las cosas bien, pero sin llegar. Pésima lidia en el sexto, sin que nadie lograra pararlo. Bien estuvo Domingo Navarro, saliendo al quite en los tercios de banderillas y llegaron a saludar Domínguez y Mariscal en el segundo. ¡Que despropósito, ganadero! ¡Que decepción!
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