jueves, 22 de mayo de 2014

¿De quién fue la culpa?

Difícil discernir sobre quien o que  influyó en el discurrir de la tarde. Según desde la óptica que se mire, unos dirán que la situación atmosférica fue determinante, para otros y como decía Serrat, las musas se fueron de vacaciones, los de mas allá,  echaran la culpa al cha, cha, cha, pero lo que está claro es que se cumplió el axioma de corrida de expectación, corrida de decepción. Y la corrida fue de mas a menos, hasta despeñarse. 
Se lidió una corrida de Montalvo, cinqueña, remendada  por un sobrero de Núñez del Cuvillo. Por segunda vez en la feria se puso el cartel de "No hay billetes". Hizo frío y viento. Lo mejor de la tarde lo protagonizó Talavante en el tercero. Emborronó todo con un feo espadazo en terrenos del cinco. Fue un manso , que se dejó crudo y con el que comenzó la faena donde dobló la res. De largo, se va suelto a chiqueros. En los medios tres naturales y un trincherazo bueno. Otra serie con la misma mano, de categoría y unas trincherillas de frente muy aplaudidas. No fue una faena ligada ni maciza, debido a la mansedumbre del burel, pero si que tuvo pasajes de gran belleza. Morante pegó dos trincherillas en el comienzo de la faena al segundo, que tuvieron usía, y allí acabo todo. Dejó sensación de impotencia al recibir al quinto y quedar a merced del toro contra la barrera. Finito hizo una larga faena al que abrió plaza, siendo avisado. Dos horas y media de festejo y salimos buscando al culpable   

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