viernes, 23 de mayo de 2014

Paradojas de la Fiesta.

De terrenos de la sierra madrileña, mas allá del cerro de San Pedro, trajeron seis bichejos, cada uno hijo de su padre y de su madre. A uno se lo llevaron los cabestros por tullido, igual que podían haber hecho con algún otro. Y salió uno tonto, nobilísimo, que no cumplió en el caballo, lo mismo que los demás y como si eso importara. Le echaron el capote arriba en el saludo, se cayó tras salir del caballo y su matador le hizo un quite muy largo y aplaudido. Le señalaron la segunda y volvió a dar con los hocicos en el suelo. Salió el director de lidia y le hizo un quite por verónicas y media, guardando las distancias. Vamos que corría el aire entre el y el noble bruto. Se dolió y escarbó en banderillas. Gran par de Sierra que saluda. Perera brinda al público, depositando la montera con sumo cuidado en la raya del siete. Sin moverse, comienza la faena con los pies juntos. Después, toreo despacioso, ligado, muletazos al ralentí, pero con muchos altibajos en la colocación. Lo mismo se cruzaba que se ponía fuera. El público enardecido. La faena larga. Estocada trasera. Aviso. Y las dos orejas. Cosas del presidente, que no debió de valorar, lo ocurrido en el transcurso de la lidia y se mostró generoso. Aún cortó otra en el sexto, otro que se fue sin picar, como si eso importara en el toreo moderno. Larga faena, que comenzó en los medios cambiando por la espalda, y en la que estuvo encimista. Otra trasera, aviso y la pelua.
El jefe del G-5, según el, torero de Madrid, se dió una vuelta por Las Ventas. Julián López "El Juli", creo que llevaba dos años sin venir a Madrid, pero podía haber hecho lo mismo que hizo en Sevilla este año.  Se le agradecería que no volviera, Y con el se podía llevar a su amigo Manzanares, que no pegó un solo muletazo en la cara del toro. Y sobre todo, que no regañe a Perera por su triunfo.

 




"No hay billetes" por tercera vez en la feria. La culpa de lo malo, no se podrá echar al viento, aunque si se podría mandar a tomar aire fresco a todos aquellos que de una manera u otra tuvieron responsabilidades en la organización del festejo. Y eso que se cortaron tres orejas. Paradojas de la fiesta. El triunfo sin toro.

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