Quinta de feria. La mejor entrada hasta ahora, con calvas en los altos del cinco y seis. Sol y calor, aunque con un vientecillo molesto que obligó a los toreros a llevar sus trasteos a terrenos del cinco. Toros de Parlade desigualmente presentados y que se fueron sin picar. Llegaron encastaditos a las faenas de muleta y fueron muy nobles en su conjunto, Lo que siempre hemos dicho que es una corrida de estos tiempos. Se ha impuesto el toro y el toreo moderno.
La tarde fue de Fandiño, que salió por la puerta grande, tras cortar una oreja a cada uno de los de su lote. La del segundo se protestó con fuerza. La misma fuerza con que había sido protestado el toro. Se fue sin picar. Una faenita ligada, con prisas, atropellada en algunas fases y una estocada le llevaron el protestado trofeo. En el quinto no hubo muestras de desagrado de ningún tipo. El toro, que cabeceó en el estribo del montado y que salió de el con las manos por delante, se vino arriba en banderillas tras dos sensacionales pares de Miguel Martín. Se llevó al morlaco a terrenos del cinco y alli sobre la mano izquierda principalmente le sacó buenos muletazos y otros no tanto, muchos enganchones, y en series muy cortas. Pero la traca final estaba por llegar. Tiró la muleta y se zambulló contra el toro, pasando el cuerpo entre los dos pitones y con una voltereta espectacular. La estocada contraria tardó en hacer efecto, y necesitó de dos golpes de verduguillo tras ser avisado. Ahora si, la petición fue clamorosa.No pensó en que hoy era martes y trece y se la jugó.
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