Toros de Pedraza de Yeltes, muy bien presentados, con romana, sin estar atacados, mansurrones. El tercero, extraordinario en el último tercio.
En muchos pasajes del festejo, pudo dar la impresión de que habíamos vuelto a los primeros años del siglo pasado. Escrito esto con añoranza de quien no lo pudo ver, pero si leído, y pensando como era aquella fiesta, que tan lejos esta de la "waldeisnyzacion" en que ha entrado este espectáculo. Seguro que algún aficionado me toma por loco o porque me ha dado mucho el sol, pero trataré de explicarme.
Una presentación soberbia, Sánchez, Maria y Sandoval, que picaron al primero, tercero y cuarto fueron aplaudidos, e hicieron muy bien la suerte de varas, si, esa que no se da importancia en los festejos de fuste y que tanto hace disfrutar al aficionado. También los hubo que picaron mal, y desgraciaron alguno de los lidiados pero hubo primer tercio. El mismo tercio que denostan aquellos que estan acostumbrados al toro borrego, que con un picotacito está listo. Los toros no fueron bravos, y los hubo que se dolieron en banderillas,. ni siquiera aquel que se le fue a del Alamo sin torear. Le aplaudieron, pero en Madrid, si un torero no se cruza, si se echa el toro para afuera, y en la suerte suprema se va y lo despacha de un bajonazo, lo que le puede pasar es que escuche palmas de tango, por mucho que el crea que ha estado perfecto. Y se lo puede creer, pero estuvo muy por debajo de las embestida de "Joya" que así se llamaba el toro.
Mató el quinto, por estar Ureña en la enfermería, y poco pudo hacer al quedar el toro con un hálito de vida, tras la carnicería que le preparó el picador. Una fuente manaba tras salir del primer puyazo.
Paco Ureña se llevó el lote mas manso de todo el encierro. Su primero llegó aplomado a la muleta, sin ningún recorrido. Valentísimo, se puso encima del toro, cruzándose, y de esa manera le pudo sacar algun muletazo de mérito. Fue cogido, tras el arrimón y le despachó de una trasera y caida.Pasó a la enfermería y salió para matar el sexto. Volvió a ponerse en el sitio, volvió a ser revolcado, y acabó su feria con el come come del toro de Fuente Ymbro. Ese toro tan exigente, con el que ya me hubiese gustado ver a algunos de esos, que cierran los carteles entre ellos, y que no se pondrán nunca delante..
Voluntarioso y con un lote difícil, Castaño en el primero, estuvo así, pero el colorao no remataba las embestidas y protestaba si le bajaba la mano. No se entregó nunca. con una tendida se fue a chiqueros dónde necesitó de dos descabellos, para finiquitar su tarea. Al cuarto, cinqueño pasado, y que se defendía con las manos por delante, le picaron bien en la primera vara, pero luego en el ruedo se hizo el caos.
Derribó el toro, tardaron mas de diez minutos en levantar el caballo, y en ese tiempo, el toro aprendió lo que no sabía. Le llevaron al de puerta que le endilgó dos puyazos fuertes. Cambiaron el tercio y se lucieron Otero, sobremanera, y Fernando Sánchez. Llegó dando tornillazos por encima del estaquillador y sin saber lo que era humillar. Mató mal.
En Las Ventas, hubo verdad, sin necesidad del último tercio.
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