martes, 12 de mayo de 2015

Insulsa

Lunes once de Mayo, cuarta de Feria y primera novillada.
Sol, calor y tres cuartos de entrada.
Novillos de El Parralejo, bien presentados, descastados y con las fuerzas justas. Todos se dejaron en la muleta. Como hechos para las figuras.



Faltó emoción y sobraron pases. Los tres novilleros fueron a destajo, muletazo tras muletazo, y con la sensación en los tendidos de que no había toreo.
Recordemos que torear no solo es dar pases. En todas las faenas se produjo  el archisabido murmullo de desaprobación cuando las faenas se alargan en exceso sin que haya calidad en los trasteos. Y todos los novillos se los dejaron pegar, con nobleza, yendo  y viniendo pero sin dar la emoción  que trae consigo la casta. No se les picó, salvo al sexto en la primera vara, los demás señalar y a otra cosa mariposa.

Gonzalo Caballero, arreó un bajonazo a su primero, después de una faena muy larga, por la que pidieron la oreja. No fue tan grande la petición, ya que al salir a saludar hubo una fuerte división. En el cuarto comenzó la faena con muletazos por alto y se tiro a matar sin muleta. Cortó la oreja, también muy protestada.

Rey, se presentaba en Madrid, y estuvo bien con el capote, a la verónica recibiendo a sus dos oponentes. También galleó por chicuelinas y unas zapopinas en el quinto. Bien con la espada, recetó dos buenas estocadas, en el primero, tras pinchazo. Sus faenas fueron largas y plomizas como las de sus compañeros.

Y Espada, lanceó sin apreturas a un flojo tercero que tuvo un corto viaje y le apaño con una chaloquera. El sexto lo brindó al público pero poco pudo hacer.

Destaco con los palos y en la brega Antonio Molina, le bastaron tres capotazos en el quinto para el tercio de banderillas.



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