lunes, 18 de mayo de 2015

Para un primerizo, puede valer

Dieciocho de mayo. Decimo primera de feria y segunda novillada. Sol, calor y tres cuartos de entrada.
Novillos del Conde de Mayalde, desigualmente presentados, tres y tres, que dieron juego variado. Mansotes en el caballo aunque alguno se dejó pegar. Presentaron dificultades.
Hoy no va a ser desde el tendido. Va a ser desde el sofá. El motivo es que va el hijo de un amigo, que se apellida Romero, con lo que eso marca, y que encima debuta hoy en la Plaza. ! Ya le vale al niño, ya madurito¡ ! Ó al padre, que no haya tenido la cosa de llevar a su hijo a los toros¡ Claro, se quedó anclao en los tiempos de Leopoldo Matos. Quiero pensar, que vamos a ganar un aficionado, por los siglos de los siglos, pero también barrunto que puede ser todo lo contrario. !Pobrecito mío¡ La primera vez que va a los toros y que se encuentre con un petardo.
Pues hubo suerte, y el festejo tuvo dos partes diferenciadas. La que marcaron los novillos. Tres primeros y tres segundos. Unos se apagaron como la gaseosa, y los otros mas voluminosos, presentaron dificultades a los tres novillleros. Sufrieron sobremanera, Posada y Roca Rey, que se llevaron lo suyo. Se salvó el francés Clemente, que también se vio apurado con los derrotes del quinto. La voltereta fue impresionante, y el posterior meneo le dejo k.o. pero revivió para pegar unos muletazos con pelllizco y mano baja que le llevaron a cortar el único trofeo de la tarde. Roca Rey, variado con el capote, expuso en el sexto, sobre todo en la suerte suprema, ya que el novillo echaba la cara arriba y a punto estuvo de herirle en tres ocasiones. No hubo lugar al tedio en esta segunda parte y los espadas salieron a quites.

No hay comentarios:

Publicar un comentario