viernes, 5 de junio de 2015

Victorino. ¡Vaya petardo!

Cinco de junio. Calor, Casi lleno.Vigesímo novena de feria. Saludó El Cid, al romperse el paseillo.
 

de Victorino Martín, infumables, difícil sacarles alguna virtud. Ni la presentación, con un segundo y cuarto, dos verdaderos cabrones, chicos y sin embestir. Se salvó el primero, el único con ganas de pelea. Los demás descastados.
Vaya papeleta que se encontró el sevillano, en su cita con los Victorinos en Madrid. Todavía tiene que estar maldiciendo la hora en que se le ocurrió anunciarse. Y no hablemos de los banderilleros, que tuvieron que verselas con esos pájaros. No habremos visto tantas entradas en falso, tantos apuros, como pasaron ayer los de plata. Si la corrida fue difícil en este tercio esperaban, cortaban, hacían hilo.
La corrida del pasado año fue dura, incluso con mas peligro que la de hoy, pero tuvieron embestidas. Este año no pasaban. Ni cumplieron en varas.Cabecearon petos, echaron la cara arrriba, salieron sueltos. No recuerdo haber visto una corrida de este hierro tan mala, y de treinta y cinco años a esta parte, no se si me habré perdido un par de ellas. Solo uno cinqueño, el primero, fue el único que se dejó, el resto, cuatreños para la hoguera.
Y a "El Cid" de lo único que le podríamos acusar, es de su uso de los aceros. A ese primero, le arreó un bajonazo en los costillares de padre y muy señor mio. Un natural suelto recuerdo, a ese toro y poquito mas, por no decir,nada. Pirri sufrió una cornada al banderillear. Solo faltó eso. El enfado del público con el ganadero fue monumental. El matador se fue entre almohadillas y pitos, injustamente, mientras que el ganadero, salvo los toros que se pitaron en el arrastre, se fue de rositas.

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