domingo, 7 de junio de 2015

Con Miura acabó la feria de los avisos.

Siete de junio. Trigésimo primera y última de feria.Lleno en los tendidos y sol y calor, en la piedra. Habría que remontarse a no se cuando, para tener una feria en lo climatológico, tan excepcional, no llovió ni un día, ni tan siquiera un rato.


Toros de Miura, correctamente presentados, sin exageraciones, con las fuerzas justas, el primero, protestadísimo por su invalidez. Destacó por su nobleza el sexto.
A Serafín Marín se le fue un buen, toro, y encima estuvo pesao. No  ha sido el único en esta feria, que ha pecado de este defecto, pero si el que la remató. Fue en el sexto, para mas inri el último del serial. Las mejores embestidas de la tarde las regaló este "Arenoso", pero el torero no estuvo a su altura y encima mató mal, siendo avisado. En el tercero, uno de los flojos, no hizo mas.
Castaño, tuvo un lote difícil, echándole la cara arriba, al segundo le sacó dos muletazos y estuvo demasiado tiempo en la cara del toro, siendo avisado, y el quinto que se llevó un primer puyazo bárbaro en la paletilla, de la que manaba un chorro, cual fuente, y que cogería a Galán a la salida del primer par, llegó al último tercio dando gañafones y sin embestida. Otero y Sánchez, saludaron una ovación en el segundo, por su labor con los palos. El par bueno fue el del segundo.


Rafaelillo, fue el triunfador de la tarde, dando una merecida vuelta al ruedo en el cuarto. Estuvo valiente con el. Y a base de quedarse en el sitio y dejarle la muleta por abajo, le robó los mejores muletazos de la tarde. No pudo tener ligazón la faena, por las condiciones del toro, pero estuvo allí, en el sitio, hecho un tío. Por dos veces estuvo a punto de engancharle, partiendole la taleguilla. Dos pinchazos y una caída le privaron de un trofeo mayor. El primero, inválido, y protestadísimo, no le dio opciones, y el presidente cargó con el mochuelo.

 

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