Mucho arroz para tan poco pollo

Trece de mayo. Sexta de feria. Temperatura agradable con algo de viento que molestó en las faenas. Algo mas de media plaza.

Toros de Baltasar Iban, bien presentados, encastados y dificiles. El cuarto hizo una buena pelea en varas. 

Espada cortó una oreja, gracias a la benevolencia presidencial, de muy poco peso. Ni fue pedida de manera unánime e incluso se podría pensar, que como hubo aficionados que llegaran a pedirla. La media con la remató tuvo efectos fulminantes. Había brindado al público y tuvo un par de destellos en un natural suelto y en un pase de pecho. Poco mas valorable para esa peticion. En el sexto, fue avisado dos veces. Quien da lo que tiene no esta obligado a mas. Tanto el como sus compañeros de cartel, estuvieron dignos e intentando hacer las cosas a su mejor saber y entender. Lo que pasaba es que los de Iban no eran toros de esos que empezaremos a ver la semana que viene.

Aguilar  se despedía de Madrid, y por ello fue obligado a saludar al romperse el paseíllo. Luego ante el exigente lote solo pudo mostrar su disposición, como el mejicano Flores, valiente que saludó con protestas en el segunda de la tarde.

Hablarán de toros los presidentes, en sus ratos libres, imagino. Y también por lo visto el viernes y hoy los usias de estos dos festejos será dificil que coincidan en sus tertulias. Vaya diferencias en el premio a los diestros. El de hoy con incontinencia y el del otro dia tacañon.