martes, 16 de octubre de 2018

Canencia 1985.



El principal protagonista del festival de este año fue esa birria aparente, que no de casta, de la cual estaba sobrado. Mandó a la ambulancia a Bernadó y a Juan José. Emilio Oliva, se negó a matarlo en principio, alegando diversas razones. Al final le metió una estocada, y no recuerdo bien si se fue con ella a chiqueros. Pura lumbre a pesar de su escasa presentación, puso en vilo a todos los asistentes. Pertenecía a Juan Garcia Rivera y su encaste era Cobaleda, como bien indica su fisonomia. Años despues el que ahora es el ganadero, quitó todas las reses procedentes de este encaste, sustituyendolo por Torrestrella. 
 En la parte mas agradable, podemos ver a Julito Aparicio, con apenas dieciseis años, en uno de los primeros festejos que toreó con público.

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