martes, 14 de mayo de 2019

Todo pasó en el quinto

14 de mayo de 2019. Primera de feria. Tarde de calor y algo mas de media entrada en los tendidos.  Toros de La Quinta, todos cinqueños y con excesivo tonelaje para la estructura de Santa Coloma. Ninguno pudo ir a mas en el transcurso de la lidia. El mas noble el cuarto, pero sin lujos.
Lo mas interesante ocurrió en el quinto, y la culpa hay que echársela a los protagonistas, ya que la lidia estuvo en un punto que se acercó a la perfeccion. El matador, Javier Cortés, el picador Juan Francisco  Peña, y el banderillero Antonio Molina.
Mentiroso fue el de La Quinta, Fogoso con 575 kg, aplaudido de salida, y al que recibió Cortés con muy buenos lances. Llegó al caballo derribando en la primera, de largo una sensacional segunda vara que puso a la peña en extasis, y cuando el matador en detalle que le honra, le puso por tercera vez en la boca de riego... Fogoso no quiso ir y se arrancó al que hacia puerta despreciando al de tanda. No fue un toro bravo, no humilló, escarbó pero como siempre pasa en estos casos, los aficionados y los que no son tanto cogen el rábano por las hojas. Se llevó una ovación el piquero, puso un grandísimo par Antonio Molina, el tercero, y llegó al matador sin humillar ni una sola vez. No se le vio agusto a Javier Cortés, pero quien podía estar de esa manera ante un  toro que ademas de no ser claro salía de los muletazos con la cabeza por encima del estaquillador.  Le avisaron en este toro y saludó en el segundo, por una faena de torero valiente y con cabeza. Faena digna con buenos muletazos con la zurda. 
Pinar tuvo un primero con media arrancada y un cuarto, quizas el mas noble del encierro, pero que también tenía echado el freno de mano. Saludó con alguna disidencia. Y el frances Duffau, estuvo a merced del peligroso tercero, que echó la cara arriba en banderillas, despues de ser alanceado por un pésimo piquero del que no quiero recordar el nombre. Extrañamente se aplaudió en el arrastre a este ejemplar. Se silenció su labor.
No se puede aplaudir a un toro de salida porque pese mas de seiscientos kg. con un encaste como el que hoy se lidiaba.  Y si les hubiesemos quitado cien cuanto mejor. 

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