sábado, 8 de junio de 2019

Bernadinas

El muletazo de moda. No hay torero que se precie de serlo, que no remate la faena con este arriesgado adorno. Todavía va gente a los toros que confunde la bernadina con la manoletina.  Y lo mismo que se se quedó Manolete, como autor del muletazo, sin ser el inventor, pasa ahora con el muletazo que nos ocupa.
Joaquin Bernadó, sesenta y ocho paseillos en Madrid, reconocía que se la habia visto practicar a Miguel Ortas, adaptandola a su toreo y dándole un tinte de mejora.
El inventor, fue un torero madrileño, cuya familia tenia en la calle Hermosilla un taller mecánico, en el que se limpiaban aquellos antiguos radiadores de cobre, que llevaban los automóviles por entonces. Se presentó en Las Ventas en 1950 y a lo largo de su carrera toreó diez novilladas y tres corridas de toros. En 1956, marchó a Mejico, y allí continuó su carrera. Otro matador, hermano de Miguel fue Pepe Ortas, que aunque tomó la alternativa, no llegó a confirmar.  
En el transcurrir de este San Isidro, si los lances o pases, tuviesen patente, aseguro que Bernadó, allí en su retiro de Canencia, estaría como el tio Gilito contando los billetes.  

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