Rayando la moruchez

Diecisiete de mayo. Sobre tres cuartos cubiertos en tarde calurosa. Se guardó un minuto de silencio por la muerte del ganadero que lidiaba esta tarde, acaecida hace unos meses. Y sus productos no estuvieron por la labor de homenajearle. Solo el tercero se dejó un poquito, ante la izquierda de Ángel Téllez. Pasable presentación, huían al tomar el primer capotazo, al notar el hierro de los picadores salían despavoridos y en la muleta  cabecearon y les faltó recorrido. Flojos. No fue mejor, el de Chamaco, primero tris, que sustituyó al primero bis del mismo ganadero. Entre unas cosas y otras eran mas de las nueve y media cuando salíamos de la plaza y con malas sensaciones. En el tercero se iluminó el ruedo con unos naturales de Téllez, y pareció por momentos que allí podía haber triunfo, pero la espada...Dio una vuelta al ruedo, de las de verdad.

Adame fue ovacionado en el primero y dio una dolorida y protestada vuelta en el cuarto. Con dolor, ya que al comienzo de la faena, el toro se fue al bulto, dándole una caída de las feas. Se recuperó para hacer un trasteo pleno de garra, a un toro sin picar. Parte de la plaza, aplaudió su desempeño aunque luego en la vuelta al ruedo hubiera disensiones. Fernando Sánchez, su tercero, hizo saber al siete que no estaba de acuerdo con sus manifestaciones. Pepe Moral, se tiró de rodillas en el quinto, rebrincado, soltando la cabeza y al que le costaba seguir la muleta. Oyó dos silencios. Joselito Adame pasó a la enfermería tras matar el cuarto, para irse a la clínica a ser examinado. Esa voltereta dolió a toda la plaza, y menos mal