domingo, 11 de mayo de 2025

A las tantas

 Poco antes de las diez, que ya está bien, y con un fresquito considerable, nos pudimos ir a casa. Los toreros no son conscientes de que hay aficionados, que no viven en Ventas, ni en Cuatro Caminos, ni de que los autobuses los domingos tardan una burrada en pasar por las correspondientes paradas, y muchos hay que vienen de Torrejón, de Morata de Tajuña, de Guadalix, y han salido de sus casas después de comer. Hoy sin ir mas lejos, cuando lleguen ni cenan. No me vale lo de que echaron dos toros, como excusa, ya que Florito es una centella en esto de las devoluciones.  Se ha dicho, creo que con acierto, que las corridas no deberían estar por encima de las dos horas y sin picar a los toros, ni haber quites como norma nos vamos a casi tres. Hoy cinco avisos, dos devoluciones, y una lentitud en acometer las faenas, como si hubiesen dudas. Lo de pronto y en la mano, se perdió. Puede ocurrir y ocurre, que salga algún toro complicado, que necesite de esa brega, pero no como norma. Llevamos tres festejos y doce avisos. Algo hay que hacer. Dos zambombos de Chamaco, remendaron el encierro de Fuente Ymbro, primero y quinto para Perera y Ureña. Lo mejor lo realizó Ginés Marín en el sexto, dando la vuelta al ruedo, y en el cuarto Perera con el mejor toro de la corrida fue muy aplaudido y a punto estuvo de cortar trofeos si no hubiese matado a la última. Ureña estuvo apañado con el lote peor.
Me acuerdo de aquel chiste de lo que había subido la gasolina,  y que daba igual porque siempre echaba las mismas pesetas, a costa del tiempo de duración de las corridas. Ya hay quien dice que le da igual lo que duren que ellos se van a ir a las nueve 

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