Se hizo larga

En la segunda de abono no se llenó la plaza como si ocurrió ayer, aunque hubo buena entrada y molestó el viento una vez mas. Tuvimos vueltas al ruedo, tres, oreja, una, toros devueltos, dos, avisos, tres, y como consecuencia volvimos a salir tarde. Pasaban de las nueve y media cuando el personal trataba de abrigarse, por el rasca que hacia esperando el autobús. Pero bueno, por lo menos nos dejó la lluvia que había caído por la mañana en los Madriles. Lo que no nos dejó fue el vendaval que sopló en algunas fases de la corrida, Urdiales en el cuarto lo pasó mal para manejar los trebejos y tampoco tuvo su día. Un valiente Víctor Hernández estuvo muy de verdad en el tercero, en una labor basada en la izquierda y jugándosela sin cuento. Le cazó con una media y paseó una oreja. Lo intentó en el sexto, el sobrero de Villamarta con casi seis años, al que citó con la muleta escondida y el pase le salía medio pase, y no acertó a espadas. De esta sale fortalecido, y cuando llegue el tiempo de sacar gente nueva y renovar carteles estará de los primeros de la fila. Galván se pegó dos vueltas, una y una, de manera lógica, ya que había tenido fuerte petición, y es normal que se diera el paseo. No tan normal es, que se hiciera esa petición por unos trasteos muy parecidos, en los que, cierto es, hubo plástica, belleza pero también falta de profundidad y se puso pesado, hasta el punto de escuchar el aviso antes de entrar a matar, luego oiría otro. Le protestaron las vueltas luego de haber pedido la oreja.  En que quedamos.