Hizo calor, se puso el "No hay billetes", se homenajeó a la Unión de Criadores pintando en el ruedo el anagrama y luego fueron saliendo los toros de La Quinta con tanta nobleza como mansedumbre, e inexplicablemente se aplaudieron a algunos en el arrastre. Los tres matadores brindaron los segundos de su lote al público, siendo Uceda Leal el que logró el éxito, al cortar una generosa oreja. Simplemente, y no es poco, por torería, ese saber andar por la plaza y ese halo que desprende de torero antiguo. Breve y sin alharacas, conociendo la plaza y sus reacciones. Toreros ayudados para empezar, un par de naturales de categoría y una estocada algo desprendida valieron para la petición. Tampoco creo que al torero a estas alturas de su carrera le hubiese importado mucho el que no se la hubiesen concedido. Mas premiosos estuvieron sus compañeros Luque y de Justo, que vieron silenciados sus trasteos. Pero coincidieron los tres en ese ponerse de perfil, sin dar el paso para delante. Quizás los toros no se lo merecieron y entre todos dieron al traste con una corrida que estaba entre las preferidas por la afición.
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