No es un color que pueda verse en las divisas ganaderas y, mucho menos, que sea el único en las cintas. Siempre combinado y en contadas ganaderías que pudieran no ser más de una veintena en la Unión de Criadores de Toros de Lidia. También hay coincidencia en que sean de cierta antigüedad porque, tal vez, a los criadores actuales no les parezca un tono adecuado para que luzcan sus toros de salida.
Los colores blanco y negro forman la divisa de Guadalest, Moreno Silva, Barcial y Los Guateles; el negro y amarillo lo llevan los toros de Victoriano del Río y La Guadamilla. La de Las Monjas, antigua de Santiago Sánchez, lo combina con el morado, con el grana Murube y Conde de la Maza y con el celeste Alcurrucén. Otras se decantan por divisa tricolor y la de Concha y Sierra lleva, además del negro, el blanco y plomo y Los Millares amarillo y rojo.
Anecdótico en la ganadería de Miura ya que utiliza dos divisas: verde y negro en Madrid y verde y grana en provincias igual que pasa con la de José Escobar, el de Sevilla, que cambiando la “B” por la “L” sería el de Lanzahíta y este no eligió ese tono. El hierro sevillano lidia en Madrid con los colores, celeste, caña y rosa y en provincias con el verde, negro y oro.
Un color que no se ve apenas en la preciosa exposición de pintura que ha hecho “Palomo Linares” con el título: “Divisas” y que ha estado en la sala Bienvenida de la plaza de Las Ventas. Tan sólo una llevaba el tono de la noche.
Por eso, cuando sale de chiqueros un toro con las cintas negras como divisa, los aficionados siempre piensan en una desgracia en la familia del ganadero.
Cintas negras lucieron en Madrid, la tarde del 13 de mayo de 2011, los toros herrados con el mítico pial que fue del Duque de Veragua y el motivo no podía ser más triste: había fallecido el ganadero actual de tan emblemático hierro: don Juan Pedro Domecq Solis. Continuador de la obra de su padre, don Juan Pedro Domecq y Díez y un ganadero enamorado del toro el el caballo que dedicó su vida a la investigación sobre la casta y la bravura, términos bastante complicados de definir. Innovador en los parámetros que se siguen para puntuar en los tentaderos, ideó un sistema informático en el que introdujo muchos más caracteres de los habituales en estos casos para así poder tomar decisiones más adecuadas.
Le faltó “tacto” y no estuvo afortunado en algunas de sus manifestaciones y por eso, su definición de “toro artista” fue recibida y entendida por los aficionados como la búsqueda de un toro muy noble, rayando en la “borreguez”.
Seguro que su intención no era esa pues hizo declaraciones posteriores en el sentido de que los ganaderos seleccionan el toro según sus ideas (al igual que el pintor hace sus cuadros o el escultor sus figuras) y, por tanto, son una obra de arte.
Tal vez su mayor error fue el vender tantas camadas de becerras y sementales pero es algo fácil de entender si tenemos en cuenta la mucha, o mejor muchísima, demanda.
Habría que haber visto a todos los que “claman” al cielo en contra del encaste Domecq (mono-encaste), qué hubieran hecho en situación similar ¿no vender y dejar de obtener buenos ingresos?....... pura demagagia.
El tema del mono-encaste sería largo de tratar pero se cae por su base al ver que cada ganadero aplica un criterio distinto de selección y las ganaderías, aún con el mismo origen, tienen diverso comportamiento.
Excelente la presentación de los toros que el ganadero apartó para que fueran lidiados el viernes 13 de mayo del 2011 en Madrid. De juego interesante y variado: tres fueron ovacionados en el arrastre. Destacó sobre todos el quinto, no podía ser otro, que resultó completo en todos los tercios: “Jergoso”, con el número 94 y 552 kilos de peso. Se conjugaron todos los elementos para que Uceda Leal sorteara, en cuarto lugar, a “Festivo”, número 103 y 564 kilos, con el que realizó una excelente faena: no se puede torear más despacio. Cortó una oreja, la primera de la Feria, en una tarde de homenaje de los toros al criador desaparecido.
Para que todo hubiese resultado completo, faltó el saludo del mayoral y la salida de Uceda por la PUERTA GRANDE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario