domingo, 22 de mayo de 2011

Salió el buey(22 de mayo. Decimotercera de feria)

Lleno de “No hay billetes” Tarde nublada.
Toros de Partido de Resina, con un remiendo de Nazario Ibáñez lidiado en primer lugar y un sobrero, que hizo segundo, de Los Chospes. Los del encierro anunciado, mansos, descastados, desigualmente presentados. No humilló ninguno, huyeron de los capotes, barbearon tablas, salieron de naja con los montados. En resumen, la enciclopedia de la mansedumbre en cuatro fascículos. Se dejó, con nobleza,,el bien presentado toro de Ibáñez, y el sobrero de Los Chospes, gordo y muy enmorrillado, también fue noble. El cuarto, fue un toraco, totalmente fuera de tipo, con 672 kg. de peso, unas perchas descomunales y una mansedumbre a prueba de bomba. Echó la cara arriba en los capotazos de recibo, se fue al de puerta, saliendo suelto, al hilo de las tablas otro picotazo el de tanda, otro en el de puerta y antes de cambiar el tercio le da otra vez el de tanda. Con el tercio ya cambiado le vuelve a pegar otra vez un picotazo y una vara trasera, tapándole la salida en terrenos del siete. Los demás, en ese estilo.
Poco pudieron hacer los diestros, llevándose la peor parte Garibay que fue corneado, por su segundo enemigo. Al noble primero, le sacó algún muletazo, pero pecó de encimista y de torear con la muleta retrasada. Pinchazo, bajonazo y descabello, siendo avisado. El cuarto, se lo brindó a César Rincón, y tras dos pases por bajo, le sacó al tercio, para ser corneado con saña. Tuvo arrestos para matarle de un bajonazo y cuatro descabellos. Pasó a la enfermería.
Serafín Marín, dio una vuelta al ruedo, en el segundo. Ganó terreno en las verónicas de recibo. En los medios, dos series con la derecha, alternando buenos muletazos con algún enganchón. Valiente, intentó hacer las cosas bien. Acabó con unas manoletinas y remató con una soberbia estocada, quedándose colgado del pitón. El quinto no tenía un pase, y se la jugó. Mató de dos pinchazos, media caída y dos descabellos. También oyó un aviso.
Y a Sergio Aguilar, le tocó, el lote mas feo e imposible. Era difícil, superar tanto descastamiento. Claro, que fue el único que tuvo que matar dos ejemplares del hierro anunciado. Con la cara por las nubes, sin ningún recorrido. Imposible. Al tercero le despachó de un pinchazo y una casi entera. Y en el sexto, oyo el aviso. Dos pinchazos, media y cuatro descabellos. Mas de dos horas y media duró el festejo.

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