lunes, 21 de mayo de 2012

21 de mayo. 11ª de feria. Y NOS DIERON LAS DIEZ.


Fue una corrida de toros. Y no hay que decir más. Hubo rarezas, esos dos toros palmaos sin aparente motivo, uno, el segundo devuelto  tras un par de banderillas, cinco ganaderías diferentes, por orden de lidia, Bañuelos, primero y cuarto, Aurelio Hernando, segundo, Carmen Segovia, tercero, Couto de Fornilhos, quinto y Domínguez Camacho, sexto. Todos salvo el sexto, con kilos, cuatro cinqueños y el sexto con casi seis años. Todos tuvieron interés  y dieron emoción en diferentes fases de la lidia. Y el reconocimiento para todos los que se vistieron de luces. Nacho Meléndez se llevó una merecidísima ovación por las tres varas que propinó al cuarto de la tarde. La cuadrilla de Morenito de Aranda al completo, Bernal, el picador, que se las vio con el de Carmen Segovia, y los banderilleros Martín Soto en el primero y el hijo de Manolillo de Valencia, Luis Carlos Aranda en el segundo. Además ambos estuvieron muy bien en la lidia. El tercero, Mellinas siempre estuvo bien colocado y eficaz con los palos.
Urdiales se la jugó, sin cuento, en su primero , un reservón con las manos por delante y el freno puesto en cada embestida. Cabezazos, en un meritorio trasteo basado en la mano izquierda.  Saludó desde el tercio, tras pinchazo, estocada atravesada y descabello. Fue avisado. En su segundo, un toraco mirón, con la cara altísima y que se frenaba, estuvo valiente, que era lo único que se podía hacer. Pinchó y recibió otro aviso.  Zotoluco, con un lote que era mas alto que el, estuvo digno, pero dejó la impresión de que quizás en otro momento, pudiese haber hecho mas. Morenito, cortó una oreja al tercero, que fue aplaudido en el arrastre. Comenzó con la zurda, sin ligar, en series cortas pero una vez la muleta en la diestra, pegó unos muletazos soberbios. Estocada delantera perdiendo la muleta y descabello. El sexto le hizo sudar. Se enceló en el caballo metiendo los riñones en la primera vara y llegó a la muleta poco picado y echando la cabeza por los aires. Pareció que dándole mas distancia el, toro se atemperaba pero no fue así. Pinchazo, media baja y tendida siendo avisado. No se llenó la plaza, y la corrida duró tres horas. En esta misma feria otras con dos horas se hicieron insufribles. ¡Toreros!
 Se me olvidaba: aunque no sea lo normal, los toros con seiscientos kilos también embisten.  

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