Fue una corrida de toros. Y no hay que decir más. Hubo
rarezas, esos dos toros palmaos sin aparente motivo, uno, el segundo
devuelto tras un par de banderillas,
cinco ganaderías diferentes, por orden de lidia, Bañuelos, primero y cuarto,
Aurelio Hernando, segundo, Carmen Segovia, tercero, Couto de Fornilhos, quinto
y Domínguez Camacho, sexto. Todos salvo el sexto, con kilos, cuatro cinqueños y
el sexto con casi seis años. Todos tuvieron interés y dieron emoción en diferentes fases de la
lidia. Y el reconocimiento para todos los que se vistieron de luces. Nacho
Meléndez se llevó una merecidísima ovación por las tres varas que propinó al
cuarto de la tarde. La cuadrilla de Morenito de Aranda al completo, Bernal, el
picador, que se las vio con el de Carmen Segovia, y los banderilleros Martín
Soto en el primero y el hijo de Manolillo de Valencia, Luis Carlos Aranda en el
segundo. Además ambos estuvieron muy bien en la lidia. El tercero, Mellinas
siempre estuvo bien colocado y eficaz con los palos.
Urdiales se la jugó, sin cuento, en su primero , un reservón
con las manos por delante y el freno puesto en cada embestida. Cabezazos, en un
meritorio trasteo basado en la mano izquierda.
Saludó desde el tercio, tras pinchazo, estocada atravesada y descabello.
Fue avisado. En su segundo, un toraco mirón, con la cara altísima y que se
frenaba, estuvo valiente, que era lo único que se podía hacer. Pinchó y recibió
otro aviso. Zotoluco, con un lote que
era mas alto que el, estuvo digno, pero dejó la impresión de que quizás en otro
momento, pudiese haber hecho mas. Morenito, cortó una oreja al tercero, que fue
aplaudido en el arrastre. Comenzó con la zurda, sin ligar, en series cortas
pero una vez la muleta en la diestra, pegó unos muletazos soberbios. Estocada
delantera perdiendo la muleta y descabello. El sexto le hizo sudar. Se enceló
en el caballo metiendo los riñones en la primera vara y llegó a la muleta poco
picado y echando la cabeza por los aires. Pareció que dándole mas distancia el,
toro se atemperaba pero no fue así. Pinchazo, media baja y tendida siendo
avisado. No se llenó la plaza, y la corrida duró tres horas. En esta misma
feria otras con dos horas se hicieron insufribles. ¡Toreros!
Se me olvidaba:
aunque no sea lo normal, los toros con seiscientos kilos también embisten.
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