Tres toros de Vegahermosa, dos de
Jandilla y un sobrero lidiado en segundo lugar de Carmen Segovia. No se salvó
ni uno del descaste ni de la mansedumbre.
¿Se puede llamar toro de lidia, a lo que se lidió hoy en la primera plaza del
mundo? Ninguna definición de las que pueda llevar aparejada, la palabra
bravura, se podría aplicar hoy. Aburridos estamos, de que los taurinos, nos
cuenten la milonga esta: ¡Qué pena que tenga tan poca fuerza ¡ ¡ con la calidad
que tenía! Lo lidiado hoy, no cumple los
mínimos, para poder entrar en un cartel, en el que ponga, seis bravos toros
seis. ¿Qué arreglo tiene esto? ¿También
afecta la crisis, al comportamiento del ganado bravo? ¿Figuras del toreo? Solo
queda la de mañana, con este tipo de toreros. Y visto lo visto, que nadie
espere que vaya a salir el bravo. En ningún espectáculo, que se pueda tildar de
tal, ocurre lo que en este.
Escribía Tierno Galván en su obra
Los Toros. Acontecimiento Nacional, lo siguiente:
…Sin embargo, la fe vinculada al subsuelo irracional de una concepción
del mundo es tan firme que, pese a todas las decepciones, persevera en la
esperanza, y el espectador taurino acude una y otra vez al coso a revalidar su
creencia…
Dos avisos, una vuelta al ruedo y
un toro al corral, son los resultados estadísticos de la corrida.
Plaza llena, molestó el viento,
estuvieron bien Carretero, Sierra y Joselito Gutiérrez, picaron poco y trasero
los picadores, y estuvieron pesados los matadores. Finito de Córdoba, Morante y
Perera, que fue el que dio la vuelta y escuchó un aviso, antes de entrar a
matar. El otro aviso fue para Finito, también sin entrar a matar. Eran las
nueve y media cuando salíamos de la plaza. Para no haber visto nada.
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