Seis toros modernos, para el
toreo del futuro, que no se picaron, aunque entraran al caballo, de la
ganadería de Parladé, que como no, algunos se dejaron torear e incluso no se
cayeron. Casi lleno, en una tarde en la que molestó el viento, y los matadores
tuvieron que irse al cinco, por donde revoloteaban los papelillos. Los
picadores se fueron a su casa enteros, sin hacer su trabajo, ya que los toros
salían de chiqueros con la faena hecha. Fue tarde de banderilleros, tanto en la
brega como con los garapullos. En el tercero Algabeño se llevó al toro a una
mano desde el uno hasta el cinco. En el cuarto gran brega del Boni y saluda
Alcalareño por un gran par de banderillas. Y en el sexto que era el que debería
de haber matado Fandiño, rayaron a gran nivel Miguel Martín y Jesús Arruga. El
Cid brindó a la cuadrilla la muerte de este toro.
Luque, pasó desapercibido, y fue
pitado en algunas fases de sus faenas. Al
primero de su lote, le fulminó de una estocada, de la que cayó rodao. El
Cid, tuvo que matar tres toros por la cogida de Fandiño. Saludó con algún pito
en el cuarto, al que recibió con lances a la verónica y que brindó al
publico. Sobre la derecha, con algún enganchon,
le dio distancia. En los medios se pasa la muleta a la zurda, dando una
sensación de quiero y no puedo. Tras estocada caída dobló en el cuatro. Al
primero, que perdió las manos y se dio un voltereton, le estoqueó en las rayas
del tres, necesitando de un descabello. Y al que cerraba plaza, le dio lances
en el siete, siendo aplaudido. Muchos capotazos necesitó para ponerlo en suerte
a los jamelgos. Sin recorrido, con la cara arriba el toro no valía un duro y de
pinchazo y estocada le mandó a la mulillas.
Fandiño, solo pudo matar uno. Fue protestado el toro de salida, y el vasco le recibió con muy buenos lances rematando con una media muy belmontina. Muy poco picado, se dolió en banderillas y comenzó la faena con unos estatuarios en el cinco muy valiente. Dos series buenas con la derecha y otras tantas con la izquierda, con algún muletazo excepcional, calentaron el ambiente. Debió de entrar a matar en ese momento, pero hubo unos momentos que hicieron bajar el diapasón. Pinchazo y estocada jugándose el todo por el todo y le salió la cruz. Pronto se vió que iba herido. La cuadrilla paseó una merecida oreja.
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