sábado, 25 de mayo de 2013

24 de mayo.Cuatro orejas ¿Y qué?

Lleno. Sol, sopló el viento en algunas fases de la lidia, sobre todo en la faena de Castella al cuarto. Toros de Victoriano del Río, tres y tres, justos de casta y mansos. El primero se inutilizó en banderillas. Apenas se les picó, como viene siendo habitual en toda la feria. El sexto corneó de fea manera al peón Valentín Lujan.
Cuatro orejas, cuatro, se repartieron las figuras apoderadas por las multinacionales taurinas. Escrito así, puede dar la impresión de que asistimos a un festejo que quedará para la posteridad. Pues no. El manirroto presidente, tiró de pañuelo con prontitud asombrosa y puso el nivel mas uno en todas las decisiones que afectaban a la concesión de trofeos. No es el camino del triunfalismo, el que debe de llevar a la regeneración del espectáculo, sino el de la pureza y la exigencia. Exigencia en los tres palos que deben de ser los que sujeten el entramado. Público, ganaderos y toreros. Y ni el público cumplió con esa exigencia, dando pie a la presidencia para que diera orejas que no deberían de ser de recibo en esta plaza. Ni el ganadero tampoco ¿Cuántas varas recibieron los toros de Guadalix? Sumando todas como para picar el lote de un matador. La primera oreja de la tarde fue a manos de Manzanares, por una estocada trasera en la suerte de recibir, que deslumbró a un público triunfalista. Antes había dado un recital de toreo superficial, al hilo del pitón, siempre fuera y perdiendo pasos. De manera elegante, eso sí, y siendo avisado. Talavante tuvo la suerte de encontrarse con un manso encastadito al que se intentó picar en todos los terrenos, sin conseguirlo. Crudo, llegó descompuesto a banderillas echando la cara arriba. En el cinco, valiente y ligando los muletazos, le hizo una faena vibrante. La clásica lidia del manso, aderezada con un par de naturales extraordinarios. Perdió la cara y se llevó una voltereta sin consecuencias. Bernadinas y adornos fueron el colofón de la ligada faena. Estocada y dos orejas. ¡Que exagerao, D. Julio!

Castella poco pudo hacer ante el regordío burel que abrió plaza, ya que se lastimó en banderillas, y tuvo que abreviar. Ambel Posada se desmonteró tras un gran par. Al que le dio el triunfo le hizo una faena de las suyas. Pase cambiado por la espalda en la boca de riego. Molestado por el viento, aguanto un parón, y basó su tarea en el toreo natural. Estocada y descabello tras aviso.

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