26 de mayo. No salió el tonto

Tres cuartos de entrada en tarde de buena temperatura, aunque la lluvia, también hoy hizo acto de presencia. Los no habituados, tuvieron problemas, para saber quien era el que estaba lidiando. Se cayó Fernando Cruz del cartel y fue sustituido por Alberto Aguilar. Confirmaba Chechu, con lo cual era el encargado de matar el primero. Al ser cogido sin entrar a matar fue Capea el encargado de pasaportar a ese toro. En segundo lugar debería de haber devuelto los trastos el confirmado, pero al estar cogido los matadores cambiaron turno, de tal manera que Capea, además del ya reseñado primero, mató tercero y quinto. Toros de José González, de muy correcta presentación y variado juego, todos en manso. Una corrida de toros, de esas que salen pocas en feria. Fueron pésimamente picados, salvo el sexto que tuvo suerte y no le destrozaron ni el espinazo ni el brazuelo. Presidió D. Julio, el mismo que el viernes pasado, nada mas doblar un toro ya tenía el pañuelo asomando y que hoy negó una oreja pedida mayoritariamente. ¡No hay nada como ser de cuna!

Alberto Aguilar, fue el triunfador de la tarde, y seguro que cogió un globo. Por lo de la oreja. Había cortado una en el segundo, por una labor meritoria y muy valiente, ante un toro incierto que le puso los pitones en el pecho en mas de una ocasión. Se discutió su manera de citar, y cuando mató de una trasera y caída, el presidente se la concedió. Cuando un torero se entrega y se valora lo que tiene enfrente, no seré yo quien discuta esa concesión. Pero se discutió y hubo protestas al acabar de dar la vuelta al ruedo. En el sexto, dio una larga cambiada de rodillas, unas verónicas en la boca de riego y fue aplaudido. Muy bien el picador y los banderilleros, tanto en la brega como en banderillas. Llego el toro con fijeza y pronto en la embestida, aunque calamocheando. Con la derecha le saca una buena serie rematada con el de pecho. Se rajó el bicho, y necesitó de un pinchazo antes de la estocada trasera algo caída. Petición y negativa de D. Julio. Dio la vuelta al ruedo, y escuchó una bronca el usía.

Chechu, confirmaba. El toro le llegó muy parado a la muleta y le cogió de muy fea manera, teniendo que pasar a la enfermería para no volver.

Capea, tuvo un buen toro, el quinto y anduvo por debajo de el. Su cuadrilla en los dos toros, dejó mucho que desear, sobre todo los picadores. Brindó al público, mal colocado, pegaba la carrerita al salir de cada muletazo. Durante su faena hubo palmas de tango y necesitó de tres pinchazos y una estocada para acabar con el toro. No nos aburrimos.