Y como vino. La desbandada en la lidia del tercero,
fue al unísono. Comenzó en los tendidos de sombra, como si allí hubiese un
microclima, pero segundos después, toda la plaza se protegía del granizo, que
cayó primero y del agua, que vino después. Y también trajo trofeos para los
matadores, que se llevaron una de cada uno de los toros, que se lidiaron a
partir de la tormenta. En el flojo sexto, ya se cortó. Y también trajo clase en
las embestidas de los Murube de Fermín Bohórquez, que tuvieron buena
presentación, aunque el primero bajara un poco.Fue bueno también el remiendo de Carmen Segovia, lidiado en cuarto lugar. Sorprendió también que no se
cayera la corrida, salvo el último y pena de tormenta, porque con buena tarde,
se podría haber visto una tarde mejor de lo que fue. Es tan difícil discernir
sobre el comportamiento de las reses, así como de la labor de los toreros en
tardes así. Pero creo no equivocarme si digo, que la corrida fue una buena
corrida de toros ¿La mejor, hasta ahora? Y que los toreros además de superar las
dificultades del piso de plaza, estuvieron hechos unos tíos. No hubiese pasado
nada, si tras la muerte del tercero, la corrida se hubiese suspendido. Vamos, que
con cualquier figura no habríamos visto la segunda parte del festejo. Los tres
que hicieron el paseíllo, Juan Bautista, Juan del Álamo y Silvetti tiraron p´ alante
y tuvieron su recompensa. Tres orejas, tres. Y vaya feria llevamos. Los
antigripales y demás medicamentos contra catarros cotizan al alza.
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