Bajo mínimos.

Vigésima de feria. Veintisiete de mayo. Lleno de "No hay billetes" Calor.
Toros de Alcurrucen, justamente presentados, nobles, no dieron ni un ruido. El tercero fue un toro nobilisimo, con gran recorrido.
Morante, El Juli y Castella hicieron el paseillo.
 Todavía me pregunto, quien pidió la vuelta al ruedo para "Jabatillo". De verdad, que no vi a nadie que se pronunciase con tanta fuerza, como para que apareciese el pañuelo azul. ¿Fue cosa del presidente? Si así fuese merecería el cese fulminante, por su incapacidad para discernir sobre lo que es un toro bravo. Y no se trata de que al usía le gustara su embestida a la muleta de Castella. Un toro bravo, señor presidente, se mide en el caballo en primera instancia. ¿Que pelea hizo con el jaco que montaba Doblado? Se lo voy a recordar. Puyazo trasero, sin codicia y salió suelto. A la segunda aún peor. Se limitó a señalar y otra vez huido. ¿Como fue en banderillas? Yo no le vi codicia, arrancarse con prontitud y si vi como se dolía. Ya en este momento, el toro estaba fuera de juego, para recibir el premio que le otorgó de manera tan caprichosa.  ¡Como llegó a la muleta! Un gran toro, pero solo a partir de aquí. Y luego llega su segunda y sabia decisión. El bajonazo con que acabó Castella con el toro, fue de p.p. y doble w. Me parece que todavía sigue siendo suya la potestad de conceder la segunda oreja. Y aquí volvió a equivocarse. Aunque a usted le gustara mucho Castella, si hubiese estado en el tendido, podia haber pedido lo que hubiera querido. Pero estaba en el palco, donde se sienta para tomar decisiones coherentes. Lo único destacable del festejo, surgió en este toro, al que recibio con veronicas a pies juntos, hizo el quite de igual manera, también quitó Morante. El comienzo de faena y, el final fueron los momentos más lúcidos de su labor. Entre medias, hubo altibajos. Y luego llegó todo junto. Orejas, pañuelo azul y el capricho presidencial. También habría que echar cuentas con espectadores que no valoran nada mas que el corte de trofeos, y que van predispuestos a pedir orejas, sin tener en cuenta nada mas que la faena de muleta.