Así se viene a Madrid.

Decimoséptima de feria. Veintidos de mayo. Buena entrada, sin llegar al lleno. Algo de viento.

Toros de Las Ramblas, de Buenavista el cuarto, los anunciados, y un sobrero de Julio de la Puerta, que salió en tercer lugar. Bien presentados, nobles y mansos.

En terna, El Cid, Paco Ureña y Fortes.

¡Que fácil es ser reconocido en esta plaza! Con salir con esa entrega, dándolo todo, poniéndose dónde los toros pueden coger, y cogen, está todo hecho. No pudo redondear ninguna faena, por el poco juego de los oponentes, pero vimos verónicas, naturales y torería. También nos llevamos el susto, cuando entró a matar a su primero,y le revolcó dejándole hecho unos zorros. Cuando daba la vuelta, se me venía a la cabeza, una foto de Botan,  con el valiente toledano Raul Sánchez, hecho trizas. Era la época de Calatraveño, El Hencho, Luguillano, El Puri, García Higares..

A Ureña le quedan muchos contratos por cumplir, a poco que tenga una miaja de suerte. 

Sus compañeros de terna, el veterano Cid, y el novel Fortes, pasaron de puntillas por la plaza, entre el silencio y la indiferencia. Mucho contraste entre ellos y el triunfador.