Ponce, Luque y Román que confirmaba, hicieron el paseíllo.
Mas allá de las nueve y media, acabó el festejo, y se iban ovacionados los tres integrantes de la terna. Unos con más mérito y otros con menos. El mas novel, Román, tuvo la fatalidad de

que el toro con el que confirmaba, se lesionara, y tuviera que rematar al toro con prontitud. En el sexto, estuvo animoso y entregado, realizando una faena vibrante, con mal uso de los estoques, siendo avisado. Ponce, realizó un gran trasteo al segundo. Ya había estado muy bien con el capote, con unas buenas verónicas en el tercio del cinco. Derribó al picador en la primera vara y la segunda se la dió el de puerta en los mismos terrenos. La faena basada en la mano derecha, comenzó con unos muletazos por bajo, con mucho gusto y limpieza. Unas series toreando muy despacio y un trincherazo monumental, pusieron la plaza calentita. Pero a la hora de la verdad, mató mal y la oreja se esfumó. Poco importó, ya que la sensación que dejó en la plaza, fue de magisterio. También saludó en el cuarto, en el que lo intentó, pero sin lograr cotas mayores. Y Luque, como tantas otras tardes, apuntó y no disparó. Al tercero también tuvo que entrar a matar por lesionarse en una mano. En las cuadrillas, destacaron los banderilleros de Román en el sexto, César Fernández y "El Sirio" que saludaron al cambiar el tercio.
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