viernes, 3 de junio de 2016

La veterania

Tres de junio. Lleno de "No hay billetes" Sol, Calor. Se guardó un minuto de silencio, no respetado por algún tonto, en memoria del diestro mejicano "El Pana" fallecido, horas antes.
Toros de Victorino Martín, al que por la mañana habían descubierto una placa, presentados tres y tres, de poco juego en general y mansos. No tuvieron las fuerzas sobradas. El quinto, fue noble y con buen son en la muleta.
Uceda Leal, Miguel Abellán y "El Cid" integraban el cartel.
Los triunfos logrados por los tres espadas, sobre todo de quien abría y cerraba cartel, con esta ganadería, podían hacer pensar que la corrida iba a transcurrir, con lidias adecuadas al conocimiento  que los diestros atesoran sobre el juego de estas reses. Capacitados están para saber las reacciones con la cantidad de toros que han matado. No se entiende que tiraran las tres cartas con mas o menos disimulo. Uceda, al primero no lo quiso ni ver, desentendiéndose de la lidia, y siendo el responsable del salvaje tercio de varas que protagonizo Ochoa. Cierto es, que el toro presentó sus dificultades, que echaba la cara arriba en los lances de recibo, que persiguió en banderillas, haciendo que los banderilleros lo pasaran mal, pero ya sabía a lo que se enfrentaba y seguro que no ha sido el peor 
 Victorino con el que se haya podido enfrentar. Abrevió, cosa que es de agradecer si no lo veía claro. Al cuarto, tras un intento de faena, 
con enganchones sobre la mano izquierda, le mandó a las mulillas con una estocada caida y dos descabellos. El tercero fue el mejor picado de la tarde, aunque demostró su flojera en el quite. Con la derecha, algun muletazo suelto y con la izquierda embestida corta. En el sexto faena dubitativa que empezó en el cinco. 
Abellan, al mejor toro de la tarde, no hay quinto malo, le ligó un par de series al hilo del pitón y le mató a la última. Se le aplaudió en el arrastre no se muy bien porque. Al segundo le recibió con algún lance que fue aplaudido.
¿Que falló, si había conocimiento del ganado? ¿Que falló, con esa experiencia? No eran ellos, era su sombra, la que no les dejaba tener la cabeza lúcida. Cualquier tiempo pasado fue mejor para estos matadores, que no supieron hacer uso de la veteranía que atesoran.



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