jueves, 2 de junio de 2016

Una más

Dos de junio. Menos de tres cuartos de entrada, en tarde nublada y agradable. 
Toros de Cuadri, correctamente presentados, justos de fuerzas, nobles y descastados. Tercero y sexto, llegaron con buen son al último tercio. Ninguno hizo una pelea de bravo en el caballo, y los picadores para variar lo hicieron mal. Lo van a tener crudo los jurados, para elegir la mejor vara de la feria.
Encabo, Robleño y Pinar fueron los encargados de pasaportar el encierro. 
Poco dió de si la tarde, y es de esos días que las culpas se pueden repartir, entre ganado y toreros. Ni los toros fueron tan malos, ni los toreros estuvieron afortunados. También se podría decir, que los diestros estuvieron voluntariosos, pero que los toros no acabaron de rematar. Fue un festejo insulso, con la aparición de un inadaptado, al doblar el cuarto toro. No se debió de atrever antes.
Lo mas destacable de Encabo, fue el mitín que pegó con los aceros en sus dos toros. A su primero que fue tardo en sus embestidas, le tuvo que sacar los muletazos de uno en uno, poniéndose pesado y escuchando el aviso. Muy precavido en el cuarto, al que no banderilleó, y le arreó un bajonazo en el costillar, seguido de una docena de golpes de cruceta. Robleño, dejó una media verónica en el segundo curiosa y luego con la pañosa sobre todo con la izquierda, estuvo dispuesto, ante un toro que tenía la embestida muy corta. Bajonazo. Los lances de recibo al quinto fueron aplaudidos, pero la tarde ya iba cuesta abajo. Y Pinar, al tercero, sobre la mano izquierda le pegó algun muletazo de fuste, pero por debajo de la calidad que llevaba el toro por ese pitón, dejándose ademas enganchar la muleta. En el sexto, que también tuvo calidad en el último tercio, se puso al hilo del piton, y en ese sitio es difícil que brote el toreo. Ambel lidió de manera extraordinaria al tercero, con capotazos suaves y medidos.


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