30 de mayo de 2019. Decimoséptima de feria. Lleno total y calor.
Todo empezó con un horroroso paseíllo por parte de los tres espadas. Uno, parecía que calentaba, otro que hacia surcos. Que falta de torería, que en el quinto, Roca Rey pegase lances al viento en el centro del anillo mientras que la cuadrilla de Román tragaba quina para banderillear al incierto "Mentiroso". Interesante corrida de Adolfo, encastada y con tres toros que se dejaron dentró de los limites que no tiene el toro tonto, que vemos en tantas ferias. Dos mas flojos, primero y tercero, con cierta nobleza y sosería en sus embestidas, pero no fáciles.
La tarde fue de Román, que además de simpatico, estuvo valiente, tragando y sacando muletazos a un segundo que se colaba, se paraba y se metía para adentro. En uno de estos viajes salió volteado y tuvo que pasar a la enfermería tras pasaportar al bicho. Saludó tras trasera y descabello. En la enfermería estaba, cuando vio entrar a su compañero Escribano, con una cornada que según iban los toreros con el no hacia presagiar nada bueno. Remató al cuarto y se dispuso a enfrentarse al quinto,que puso en jaque a sus banderilleros, cortando y esperando. Tuvo una virtud la faena; No hubo enganchones, limpios los muletazos y apóstando fuerte en los parones que le daba, baja la muleta y cruzado. Este Roman, convenció, y tras una estocada algo contraria se llevó una oreja de las que cuentan y tienen peso. Roca Rey, en su flojo y difícil primero, lo pasó mal, atisbando que la embestida de estos toros no son las que está acostumbrado a manejar. Al sexto, el mejor del encierro, y con una plaza a favor, le construyó una faena en la que alternó lo bueno con lo menos bueno, pero que en general dió la impresión de ir de mas a menos. Ligó muletazos con la diestra, pero faltó hondura. Con la izquierda resaltaron mas esos defectos. Dicho esto, si a ese toro, que humillaba con el hocico por el suelo, le mata bien, le había metido al contestado presidente Parro en un brete.
Escribano, otra vez un Adolfo lo mandó al hule, tuvo un primero muy soso y con el que alargó la faena sin mucho sentido. Los dos cambios que hizo por la espalda en el quinto, pusieron a la plaza calentita, pero luego no se puso en el sitio. Y la faena tambien fue a menos, hasta llegar la cornada.
Emoción y gran tarde de toros protagonizaron los Albaserradas de Adolfo Martín, que superaron las propuestas de Victorino y Escolar.
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