Tomó antiguedad la ganadería de Valdellan, con una corrida desigual en todo. Es digno de loa, este acontecimiento, cuando en zonas mas tradicionales van desapareciendo ganaderías. Y cumplió, con todos los matices que se quieran discutir. ¡Seguro que Escribano, no vió de la misma manera al tercero, que como lo vio la aficion! Desde arriba, pareció uno de los toros de la feria, encastado y codicioso, quizás por demás, para el que se encontraba con el alli abajo. La gran ovación en el arrastre, hubo quien pidió la vuelta, así lo demuestra. Un toro, que demandó manos mas expertas y toreadas que las que tuvo. Demasiado, para quien se viste tan poco de luces. Además estuvo muy mal con la espada. Los dos primeros toros, con embestidas distraidas y haciéndose el longui, fueron el contrapunto a sus encastados hermanos. Robleño mato muy bien al cuarto igual que Vicente al quinto, aunque perdieran el engaño en ello.
Chacon banderilleó y bregó de lujo, como Raul Cervantes y Jesus Alonso, estos con los palos, y el piquero Adrián Navarrete se aproximó a lo que se pide en la primera vara al sexto.
Es tan dificil torear al toro encastado, como estos que llegaron de Leon, que pareciese que siempre salen perdiendo los toreros en la comparación. Y los toreros que mas pierden son los que no se atreven a enfrentarse a ellos. A ojos de la afición, claro está:
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