Se lo llevó la presidenta de la Comunidad, con división de opiniones, cuando Roca Rey se dirigió a ella para ofrecerla la muerte del quinto. No valía un duro y claro está que se puede considerar como un brindis fallido. Los inválidos no se brindan, aunque se quiera tener un detalle con el agasajado. Se matan y ya habrá mas días. Con el peor lote anduvo mal, vulgar, con enganchones y poniéndose fuera. Y se puso pesado y le dieron un aviso. Al feo sexto, estuvo a punto de cortarle las orejas Rufo. La predisposición de la solanera, la ligazón de los muletazos a un toro que no se picó, sublimaron una faena que no tuvo regularidad en los cites, unas veces colocado y otras al hilo del pitón. El caso es, que a la hora de la verdad las espadas no fueron donde debían y todo quedó en una vuelta al ruedo. "Alabardero" fue un buen toro. La oreja se la llevó Emilio de Justo por la estocada principalmente y por un final, de una larga faena, muy pinturero en el cuarto.
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